martes, 18 de septiembre de 2007

Arte y Artesania Japonesa II

Chigiri-e

Es un dibujo o pintura hecho con pedazos de papel japonés. Una vez elegido el motivo, se corta a mano cada pieza de papel, se peina con un pegamento especial llamado "Nori" y se adhiere a la base ayudándose con una única herramienta: un palillo de madera con punta y los dedos.

El papel utilizado se llama "washi" y es hecho de diferentes texturas y colores. El Chigiri-e permite jugar con las fibras del washi combinando forma y color mediante una herramienta inigualable: las manos.

El washi es elaborado principalmente con fibras de la corteza de tres arbustos: Kozo (morera para papel) Nutsumata y Gampi. El resultado es un papel resistente y suave, capaz de crear una atmósfera relajante y producir un gran placer al tacto

Ikebana

Es un nombre japonés para los arreglos florales. Sin embargo, estos se arreglan bajo la armoní­a oriental y siguiendo algunas reglas que ayuden a destacar lo bello del material en el recipiente, que se encuentra en un lugar y en un momento único.

Ohara es una de las 3 mas importantes escuelas de arreglos florales en Japón junto con Sogetsu e Ikenobo.




Amigurumi
Amigurumi es el nombre de una técnica japonesa, en este caso, basado en el tejido a crochet. Consiste en el diseño y confección de peluches y juguetes rellenos, hechos a través de puntadas de crochet. Es aquí­ donde la imaginación cumple un gran rol, siendo uno de los principales elementos de esta técnica.



Nuigurumi= Animal relleno
Ami = Tejer,
Nui= Coser,
kagi-bari = Ganchillo

Caligrafía Japonesa

La escritura japonesa es la misma que la escritura china y, por ende, su caligrafí­a también. Este traspaso cultural se produjo entre los años 300 al 600 de nuestra era a través de monjes budistas chinos que de Corea pasaron a Japón. Como los japoneses carecí­an de escritura la hicieron suya y la desarrollaron de acuerdo a sus propias necesidades. Hoy los japoneses escriben con los ideogramas chinos, con alfabetos silábicos desarrollados exclusivamente por ellos y que son llamados kanas y también con nuestro alfabeto occidental, incluyendo los números arábigos, sobre todo en el comercio y turismo.

Las letras chinas o ideogramas se llaman Kanjis, o letra de Kan (Han era la dinastí­a china de esa época), los kanas (que son dos) se llaman hiragana y katakana y las letras occidentales las llaman romaji, o letra de Roma.

Indudablemente la escritura es una herramienta para comunicar pensamientos y como tal, su expresión es simple y sin una mayor pretensión que la claridad y el orden, como la vemos en una carta manuscrita o, en forma impresa, en un libro o una revista. Pero cuando un maestro de caligrafí­a toma el pincel, cada sí­mbolo, ya sea ideográfico o fonático, que escriba, lo transforma en una obra de arte. La belleza del signo en sí­, su equilibrio, proporción y armoní­a junto a la fuerza y carácter que le imprime el maestro, conforman una obra de gran plasticidad y belleza. La caligrafí­a es parte del arte japonés, un arte que implica mucha dedicación, esfuerzo, paciencia y concentración y que ha contribuido a conformar el sentido estático del pueblo japonés.

Este arte también era muy apreciado por la casta de los guerreros (samuráis). Hallaban en él una exigencia de ser, de despertar, que pasaba por los dominios de lo mental y del comportamiento que correspondí­an a su propia ética. La seguridad y rapidez del gesto para dibujar el trazo, le parecí­an adecuados para el perfeccionamiento interior de ellos mismos, primera exigencia del "bushido" o camino del guerrero.

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